Ella es una señora que puede tener 64 años más o menos. Finalizando la tarde, antes de salir para mi casa, me hizo la propuesta para el día siguiente y aunque yo dudaba por pensar en mi esposa, le dije que sí. Ella me dijo que si le decía que sí, tendría que ser un sí definitivo porque era una sola oportunidad y yo, pues aproveché.
Los demás en la oficina sabían del asunto y me miraban con cierta picardía. Al parecer ellos también lo habían hecho antes con ella, inclusive su hermano, y por el entusiasmo que ellos mostraban, era una experiencia indespreciable. De manera que en esos pocos minutos, me había embarcado en una nueva vivencia y los demás eran felices cómplices.
Cuando le conté a mi esposa, con un poco de timidez porque sería una noche ausente de mi hogar, ella me sorprendió apoyando mi aventura, pues ella una vez ya lo había hecho con un jefe y me animó para no perder esa oportunidad. Con su respaldo, ese "sí" que quería mi jefe no tenía reversa.
Llegó el día indicado y era el tema en la oficina, me contaron que hasta la comida estaba incluída, pero se decidió que antes de que comenzara la noche, los caballeros nos iríamos a prepararnos con unas cervezas e indudablemente acepté. Fueron dos jarras que nos tomamos y luego cuando llegó el momento, nos fuimos a esperar lo ya inevitable.
Hacía un poco de frío y como estaba consignado, comencé por la comida, antes de que se diera inicio a la acción. Me comí dos tajadas de pizza, papitas y gaseosa. Cuando mi jefe llegó me preguntó que si me sentía cómodo a pesar del frío y que si ya había comido… y agregó que podía comer más si quería, que todo estaba incluido. Pues fui por nachos, perro caliente y otra gaseosa y me puse lo más cómodo posible para esperar que se diera esa primera vez, que hasta ahora iba muy bien.
Sonaban extractos de música que me gusta, y ella lo notaba y se alegraba por eso. Eso me ayudó a relajarme más… ¡cuál relajarme! Me hice al ambiente. Sonó Walk de Pantera, For whom the bell tolls y Sad but true de Metallica, Dr. Feelgood y Kick start my heart de Mötley Crüe, Baba O'Reilly de The Who, Welcome to the jungle de Guns and Roses, War pigs de Black Sabbath, TNT de AC/DC, Rock and roll de Led Zeppelin y no podía faltar We will rock you de Queen.
No había mucho que conversar, me concentré en la acción y hasta tomé algunas fotos. Todo el mundo estaba feliz y yo, que no soy de ese estilo de cosas, también estaba contento y de vez en cuando le mandaba mensajes de texto a mi esposa para contarle cómo se iba desarrollando el asunto. Todo se acabó en un parpadeo aunque empezó a las 7:30 de la noche y se acabó a las 10, dicen que cuando uno se divierte el tiempo pasa volando, y debo reconocer que sí me divertí, y sobre todo, aprendí un poco más de la usanza canadiense.
Llegué a mi hogar un poco más tarde de las 11, saqué al perro y fui a saludar a mi esposa, quien no esperó mucho para que le contara todos los detalles (que no contaré aquí) y obviamente me preguntó por las fotos, que por las circunstancias y tomadas con el teléfono, me quedaron unas movidas y obscuras. Le conté todo lo que pude y compartí con ella esa experiencia, aunque la hubiera preferido a ella mil veces que a mi jefe, las fotos las dejamos para verlas depués, era tarde y tocaba madrugar.
Esa fue mi primera vez en un partido de hockey, jugaron Canadiens de Montreal contra Senators de Ottawa, ganaron los locales 3 a 1.
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