24 oct 2013

¿Usted es uno de estos nuevos viciosos? Yo no

Ya soy un adulto, hace mucho rato, pero no dejo morir el niño interior ni tampoco el adolescente que vive en mí. Todavía me gustan los videojuegos, las gomitas, los helados, los chocolates y las frutas; todavía me gusta hacer una desobediencia de vez en cuando: "manejarme mal" para pasar bueno.

He tenido amigos tabaqueros, mariguaneros, periqueros, borrachos y sátiros; pero siempre buenas personas, porque uno es lo que es, no lo que se fuma o se sopla, aunque a veces a quienes se les va la mano, se reducen solamente a eso. A pesar de que me he rodeado de alguna gente  viciosa, yo nunca he cogido ninguna de esas costumbres autodestructivas aunque me ha dado curiosidad y con los vicios que probé no me amañé.

Me he documentado de las experiencias ajenas y de lecturas varias, he hecho lo posible por mantenerme informado de los dos lados de la misma moneda para evitar juzgar prematuramente a quienes disfruten de placeres un poco artificiales o quienes prefieran intoxicarse para alterar sus sentidos.

Esos entretenimientos han ido evolucionando con las sociedades y la tecnología y cada vez es más común el consumo de ciertos vicios, inclusive en la calle o en ambientes de roce social. Aquí en Montreal es normal sentir el hedor del hachís (huele parecido al zorrillo) en algunas calles del centro, y ni hablar de los conciertos a los que he asistido.

Pero los vicios ilícitos son lo menos, los que están aceptados por la sociedad son los que representan mayor peligro porque pasan de agache y la gente se va autodestruyendo, pierden la noción de la realidad y distorsionan sus prioridades. Yo los veo todos los días con la mirada perdida, con la mente en otro mundo.

El Ecce Homo de Borja, por Cecilia Giménez,
expresa claramente lo que yo veo en esta nueva
caterva de viciosos.
(tomada de http://www.cosas-que-pasan.com/)
Hay un vicio nuevo que ha capturado a personas a las que he considerado inteligentes, centradas y responsables. Pero ellos no tienen siquiera una pizca de vergüenza y delatan su degeneración en Facebook, piden ayuda a los demás descaradamente y confiesan que no puedan parar, que quieren más… son una especie de sociedad paralela, gente de todas las culturas, edades y lenguas pertenece a esta nueva logia (que no es secreta); es quizá una consciencia colectiva que universaliza a las personas en un vicio. Grotezco

Por fortuna ninguno de mis amigos cercanos ha caído en eso, o por lo menos, no lo he pillado con las manos en la masa y los ojos desorbitados. Ninguno de ellos me ha ofrecido ni preguntado. Lo veo sobre todo cuando me transporto de la casa al trabajo y viceversa. Cuando supe que eso exstía, por los comentarios de la gente en Facebook, empecé a verlo en todas partes, no en Internet, en la calle. Sé que mi mamá sería una víctima facilita para esta trampa, ojalá no la pique la curiosidad.

Veo a las personas en el tren y en los buses "idos": en ocasiones pierden la noción del tiempo y el espacio y se bajan donde no es, o se despiertan en el último segundo y salen estrujando a todos los demás para abandonar el transporte público. Eso es grosero, la gente les habla y ellos ignoran todo… idos.

Pero debo admitir que me ha picado la curiosidad. Cuando los veo metidos en su asunto, cuando veo mis amigos de Facebook convertidos en otras personas, me pregunto si de verdad eso es tan bueno y adictivo, irresistible y al parecer irreprochable. Me he imaginado "dándole a eso" y pensando que podría ser un verdadero campeón.

En radio cuentan historias de gente que ya no tiene reversa y están metidos hasta la médula, sin vida social, familiar ni laboral; una oficina en Londres está llevada del verraco porque allá nadie produce, todos se dedicaron a ese asunto, hasta los jefes. Como todos los vicios empieza por la curiosidad de una probadita, si le gusta, se engancha y es difícil soltarse.

Aunque he estado muy curioso, no pienso perder mi libertad de cuenta de esa pendejada, aunque le guste a muchos. Aunque sea aparentemente gratis y extremadamente divertido, me niego a pertenecer a esa horda de ausentes. Aunque con seguridad si lo pruebo no me amaño, me niego rotundamente y hasta el fin de mis días a instalar Candy Crush.

16 oct 2013

Más fácil se cae una güeva de un brinco

Cuando fui periodista en Todelar, con frecuencia debía entrevistar al gobernador de la época. Había, como era habitual, un revolcón de secretarios de despacho, y particularmente le preguntamos que si el secretario de gobierno saldría de su cargo, a lo que muy coloquialmente, el dignatario respondió: "más fácil se cae una güeva de un brinco".

Esta semana recibimos una noticia terrible: el derrumbamiento de un edificio de 22 pisos casi sin estrenar en el sector de El Poblado en Medellín. La torre 6 del complejo Space. Eso me ha hecho pensar una cantidad de cosas, entre otras la tragedia de la pérdida de los ahorros de muchas familias, las vidas de varias personas y animalitos, los bienes y documentos de quienes habían confiado sus esperanzas e ilusiones en esa edificación y la confianza en el sector de la construcción.

Y aquí viene lo grueso… considero que ese derrumbamiento es producto y consecuencia de la corrupción, y sobre todo, de la mediocridad de directivos, ingenieros e inclusive, de estamentos del estado que entre todos se hicieron los pendejos varias veces hasta que se logró erguir una trampa mortal como esa. Y la historia no es nueva, ya hace algunos años un deslizamiento se llevó unas casas de lujo en las prestantes lomas medellinenes, hubo muertos, pérdidas materiales y de eso no se aperendió nada; siempre hay pícaros que se enriquecen a costa de los demás y maneras de torcer las normas para sacar adelante proyectos urbanísticos de pésima calidad.

Mi terrible vaticinio es que así como de las primeras casas no se aprendió nada y ya se había olvidado, lo mismo sucederá con los muertos y la tragedia de Space.

Otra reflexión que hice hablando sobre este tema con unos amigos y mi esposa, es que en Colombia se cae mucho más fácil un edificio, o un puente (como los que se caen en Bogotá), que un mal presidente.

Vamos en orden cronológico por lo que me ha tocado como ser político:

Belisario Betancur tuvo que padecer varias tragedias naturales: terremoto en Popayán, erupción y deslizamiento del Volcán Nevado del Ruiz y uno de los primeros deslizamientos urbanos en Villatina, en una ladera de Medellín. Este presidente fue protagonista de una de las acciones que aún dejan muchas dudas: la retoma del Palacio de Justicia que había sido invadido e incendiado por la guerrilla del M-19.

A Virgilio Barco le tocó, entre otros detallitos, el escándalo de unas barcazas en costas caribeñas y los contratos respectivos con la familia de su esposa. Tuvo además varias salidas en falso con el famoso diferendo colombo-venezolano.

César Gaviria, que heredó las banderas liberales de Luis Carlos Galán, llevó a la quiebra a miles de colombianos gracias a la apertura económica, y en esa época se hizo famoso "apretarse el cinturón" porque la economía abierta estaba muy contraída y la plata escaseaba, para no hablar de que faltaba la energía eléctrica y nos tocó iluminar nuestros estudios a punta de velas y lamparitas de gas… la "hora gaviria". Tuvo además la "suerte" de que a este se le entregó Pablo Escobar y lo metieron preso en una hacienda con grifos bañados en oro y otros lujos, hasta que se voló.

Después vino dando pasos de elefante Ernesto Samper, que financió su campaña electoral con plata del cartel de Cali y aunque sus servidores de confianza fueron a la cárcel, él acuñó la frase "aquí estoy y aquí me quedo", que quedó timbrando en el cerebro de cualquier ente investigador que pudiera tener la patria tropical. Samper estaba untado de una especie de bálsamo resbaladizo a quien el proceso 8.000 no le afectó.

El "sapo" que lo denunció logró la presidencia después en un país mundialmente conocido como una patria narcodemocrática. Andrés Pastrana tuvo, entre otros descaches, el proceso de paz con las FARC y a pesar de que se paseó con Tirofijo y su toallita mugrosa, el guerrillero más viejo del mundo lo dejó plantado en una silla Rimax ante la vista atónita de millones de colombianos y varios países amigos, era el preámbulo de un enorme fracaso que le sacó al país el tiro(fijo) por la culata.

Este fracaso fue aprovechado por Alvaro Uribe, que ganó limpiamente las primeras elecciones, pero que las siguientes fueron creadas torciendo la constitución a punta de sobornos, eso se conoce como Yidispolítica, cuyas investigaciones solamente han afectado a los que recibieron, pero muy poco a los que ofrecieron. Varios copartidarios del presidente fueron pillados conspirando con los paramilitares y les recibieron dinerito para sus campañas políticas, unos funcionarios de su altísima confianza intervinieron ilegalmente las comunicaciones de jueces, enemigos políticos y periodistas, esas son las chuzadas; y un montón de campesinos fueron asesinados para hacerlos pasar por guerrilleros, esos son los falsos positivos; hubo también falsos guerrilleros que entregaron armas saliendo del tal Frente Cacica la Gaitana y todavía queda por aclarar el escándalo de Agro Ingreso Seguro.

Juan Manuel Santos, que fue heredero, no de banderas liberales, sino de los huevitos de Uribe, ha pasado por muchas de las desgracias que puede vivir una sociedad, en especial todo tipo de paros campesinos y de sectores productivos de primer nivel, ha avalado el gobierno de Nicolás Maduro, que en la superficie es uno de los más ilegítimos de todo el mundo, ha montado un proceso de paz cuyos frutos son más inertes que el buen humor de Uribe y recientemente autorizó un aumento de salario a los congresistas y otros funcionarios mientras que a otros servidores, como las madres comunitarias, los tiene contando los centavos. Otra de las metidas de pata de Santos es el acatamiento del fallo de la Corte de la Haya, con el que Colombia perdió 75.000 kilómetros cuadrados de mar frente a Nicaragua, pero este descache, es también responsabilidad de los presidentes anteriores a quienes les importó cinco dejar en reposo la demanda centroamericana.

Ustedes podrán aumentar la lista de salidas en falso del presidente actual y los expresidentes muertos y vivos, pero no podrán decir que, como en los países árabes, Italia o EE.UU., por poner pocos ejemplos; cometer delitos, incumplir sus promesas, decir enormes mentiras o proteger a pillos de cuello blanco o de manos ensangrentadas hace que un presidente se caiga. Sorprendentemente y volviendo a la comparación con los edificios que se caen, el presidente queda "flotando" mientras toda su base se derrumba. Los presidentes colombianos gozan de una inmunidad increíble y aún después de salir de sus cargos no hay quién los toque, no se caen y nadie los tumba.

9 oct 2013

Como los cuadros de J. Pollock: falto de forma

Preámbulo

Era uno de esos domingos en que llevamos a nuestro hijo a su clase de natación, en el centro comunitario de Dollard-des-Ormeaux, la municipalidad en que vivimos, en la isla de Montreal. En la entrada estaba anunciada una galería de arte, en la que participaban artistas de la localidad y nos pareció interesante visitarla al finalizar el curso de natación.

Cuando terminó el chapoteo de media hora y el niño estaba bañado, seco y vestido, salimos dispuestos a ver las obras de arte, pero no encontrábamos el sitio. Había un señor en una mesa con unos formularios. "Andá preguntale a ese señor", le dije a mi esposa, mientras me quedaba en un abrevadero con el niño bebiendo agua. Ella se estaba tomando demasiado tiempo para una simple pregunta, y me pareció sospechoso. Rondé la mesa y vi que el señor estaba haciendo inscripciones para un equipo de sóftbol.

Esperé a que ella viniera a nosotros con la respuesta sobre la galería, pero nada. Así que me aproximé y el señor, John, también empezó a explicarme las reglas del torneo mixto de sóftbol de Dollard-des-Ormeaux... como si yo tuviera tipo de deportista. A mi esposa le estaban dando ganas de participar, a ella siempre le ha gustado ese deporte y el béisbol, y una de las condiciones del torneo, es que se trata de un evento recreartivo y no competitivo... se formarían equipos mixtos, eso quiere decir que estarían compuestos por mujeres y hombres, de todas las edades, y de todas las experiencias deportivas.

Ella me dijo que le parecía bacano inscribirse, ya que las primeras semanas no tendrían compromiso, como por ensayar... así que se anotó en una planilla, y también me hice anotar yo... pues no se pierde nada con ensayar. Quedamos pues comprometidos para un primer juego de exploración en el que evaluaríamos nuestra continuidad en ese torneo.

Los novatos

Cayó el mismo día de su cumpleaños, iba a ser una celebración como ninguna otra en su vida. Domingo de natación, sacar película de la biblioteca, almuerzo en la calle y luego sóftbol. Estábamos muy contentos y pasaríamos un día en familia, muy especial, celebrando el cumpleaños de mi esposa.

Al marcar las dos de la tarde nos presentamos el campo de juego y mi hijo adorado, iba a entretenerse en un parque infantil con otros niños, hijos de otros participantes. No conocíamos el lugar y llegamos sin "dar mucho visaje", con bajo perfil. El maletín amarillo pollito no ayudaba mucho que digamos. Al llegar, vi que había gente calzándose zapatos especiales, sacando sus manillas y echándose cremas antisolares y otro tipo de preparaciones... sobre el campo de juego, había otros calentando y estirando el cuerpo. Nosotros habíamos estirado el estómago con unos combos de hamburguesa y un litro de gaseosa cada uno.

Al ver eso, me quería hacer más invisible. El organizador, John, el mismo de la mesita del centro comunitario, me entregó una pelota y entre tanto barullo, no supe para qué. Mientras tanto mi esposa acomodaba al niño en el parque infantil y un señor me hizo señas: "¿vamos a lanzar unas pelotas?", "no tengo manilla", le dije... esperando que así siguiera con mi nadadito de perro hasta que llegara la prueba de fuego... o de arena más bien. Él se levantó y me dijo que no había problema, de una caja sacó una manilla que me entregó. Nos pusimos a lanzar y recibir y me sentía bien, 20 años después de la última vez que jugué softbol en la universidad, 20 años después de la última vez que hice deporte... no estaba tan mal: atrapando casi todas las pelotas, lanzando bien hacia el guante, fuerte, ágil y flexible... todavía joven.

A eso se nos unió mi esposa con otra manilla prestada y nos estábamos divirtiendo. Un señor gigante que estaba al lado de John llamó a todos los novatos a acercarse a ellos. Nosotros estábamos en la primera lista y seríamos el primer equipo en jugar en la defensiva... o sea, recibiendo pelotas mientras el otro equipo bateaba. Miré mis colegas y me satisfizo que el promedio de edad superaba un poco mis años y mientras caminaba desprevenido al campo, alguien me preguntó en qué posición solía jugar. La verdad yo no recordaba casi mis días de universitario, había fragmentos perdidos muy difíciles de recuperar... salvo un pelotazo en la frente cuando jugaba en la grama... una bola que venía del cielo y no pude ver por el destello del sol. Él me señaló un punto imaginario en la arena y me preguntó que si en segunda (base) estaba bien... OK, le dije.

El calor era abrasador, esa arena refleja las ondas solares como un sauna. Ahí entendí que para la próxima habría que llegar bien equipado con agua suficiente, me sentía en un desierto observado por los buitres que rondan la presa moribunda. Yo era la presa y los otros jugadores veteranos eran los buitres que juiciosamente empezaban a evaluar al novato. "what's your name?" "José" "Nice to meet you José (lea en español: howse)... just keep your eyes on the ball and have fun". Para los que no saben decir ni "pollito: chicken, gallina: hen, ventana: window, la puerta: door", este tipo me decía que solamente mantuviera la vista fija en la pelota y que me divirtiera.

Comenzó el juego y me daban instrucciones simples que a duras penas entendía, mi inglés estaba un poco en desuso porque trabajo en un ambiente francófono, pero las señas eran suficientes, "córrase para allá", "más lejitos"... Sabía que mi desempeño no sería estelar y ellos tampoco estaban esperando gran cosa de mí, pero los gestos de mi esposa me hacían saber que al ofrecerme para segunda, había metido la pata... hondo. Cuando vi cómo otras personas dejaban escapar la pelota dejé de sentirme como el ñu herido de Naturalia y gané un poquito de autoestima... teniendo en cuenta mi ensayito previo con Ron, el que me pasó la manilla (no la bebida alcohólica que se extrae del jugo de caña de azúcar y que se obtiene tras el proceso de destilación del guarapo).

La lanzadora hace su movimiento pendular con el brazo derecho y por muy poco el bateador falla. Los veteranos de ambos equipos animan a la una y al otro a que en la próxima lo harán mejor. Segundo lanzamiento. Movimiento pendular irregular, pelota verde (otros dicen que es amarilla) que sigue su trayectora parabólica, movimiento hiperbólico del bateador, golpe a la pelota. Ustedes redcordarán por lo que estudiaron en física en el colegio que el sonido viaja más lento que la luz, eso significa que primero vemos y luego oímos. Como el relámpago en la noche seguido del trueno. Tras un ruido seco y sordo, una masa verde, en ese momento cada vez más grande, venía directo hacia el jugador de segunda, cuya trayectoria veloz perdía altura.

Pausa: ese día me puse una camiseta de Cromlech, un grupo de death metal de un amigo, un crómlec es un monumento formado por megalitos verticales clavados en el suelo que forman un círculo, y sobre ellos van los dólmenes, que son las piedras horizontales, el más famoso es Stonehenge ... en la espalda está dibujado un crómlec visto desde arriba.

Yo todavía tenía dificultad en digerir el golpe de la pelota cuando por instinto me lancé hacia adelante y clavé mi rodilla desnuda en la arena para atraparla, que por cuestiones de la física y la falta de pericia del autor de este relato, no tuvo otro destino que parte de su volumen en la manilla, y parte en el pecho del novato.

¡Pafff! Sonó como un segundo batazo. Sentí el "golpe de una pulgada" de Bruce Lee en mi pectoral izquierdo, los ojos que se me desorbitaban y escuchaba exclamaciones del resto de jugadores... unas por que había ponchado al bateador al atrapar la pelota antes de que cayera al piso, y otras por el soberano porrazo que había recibido en el pecho. "Bien hecho, bien jugado" se mezclaba con "¿Usted está bien?¿seguro que está bien?" "Wow! this skinny guy must be Iron Man!" Para los "pollito chicken", me decían que este flacuchento debe ser Iron Man... uno hasta me dijo que se notaba que yo jugaba de goalie, el portero en hockey. Deporte que nunca en mi vida he practicado... ni pienso practicar.

Cuando pasó a posición el siguiente bateador, le gritaban desde detrás de mí que bateara fuerte y que tirara directo a la "gran diana". Como dice mi suegra: sentí el frío del columpio, o para que se hagan una imagen, piensen que me están viendo en una película y hacen un zoom de mi cara al alejar la cámara (eso se llama el efecto Hitchcock) para acercarme a ustedes y alejarlos del paisaje. La gran diana... ¡claro! el crómlec dibujado en mi espalda. ya con eso, cagué... mi atrapada heróica no se vio más y falle las próximas.

El juego siguió y cambiamos de rol, ya le tocaba batear a nuestro equipo, pero en ese turno ni mi esposa ni yo fuimos al bate. Otra entrada defensiva en la que fallé unas atrapadas y logré otras. Pero no más golpes, no más Iron Man. Volvimos al bate y esta vez si nos tocó a ella y a mí. Fallé torpemente como era de esperarse los primeros lanzamientos y no quería ser el centro de atracción de los buitres. Demasiado tarde, el truco del pecho ya me había puesto en observación, la "diana" en la espalda también, y además, por si no saben, todo el mundo mira al que va a batear. Utilisé todo mi poder mental -porque no tengo músculos en los qué confiar- y me concentré en la frase "mantenga fija la vista en la pelota y diviértase", pero a estas alturas para mí era más cuestión de honor que de diversión.

¡Pafff! Suena mejor cuando soy yo el que produce el ruido y veo que la pelota sale directo hacia el lanzador, pensé que le iba a pegar en la cara, pero mi hit dio en una especie de mini portería de fútbol que le ponen al lado mientras que el lanzador apenas espabilaba. "Dead!" Gritó alguien por ahí, comprendí que mi batazo moría en esa malla y con resignación empecé a abandonar el campo pensando que estaba ponchado. Me dijo Ron, que era el catcher, que había sido Dead Ball (bola muerta) y que debía seguir bateando... me pongo en poisición, me aconsejan subir el codo de atrás, juntar las manos, separar el bate del cuerpo.

¡Pafff! Esta vez le dí con más fuerza. Dead Ball. Risas, y alguien dijo que al menos yo era capaz de batear y darle derecho a la bola, entendí entonces que debía usar una técnica diferente, si es que alguna vez la tuve. Me preparo en posición, separo las piernas, subo los codos, empino el bate y...

¡Tiiin! Si fuera billar, hubiera "tacado burro". Los misiles que lancé antes fueron reemplazados por un enanito que a duras penas rodaba por la arena y me lancé a correr como al que persigue un loco con una bolsada de mierda, pero el otro jugador fue más rápido en atrapar mi tímida pelota y lanzarla... me poncharon.

Seguía el turno de mi esposa en el bate. Yo que nunca la vi jugar, ni en la universidad, tenía más expectativa que los veteranos. Ella falló las primeras, pero cuando golpeó la pelota, "la esférica" se fue en rebotes muy difíciles de atrapar en la arena, ella corrió huyendo del mismo loco y llegó a primera base cuando en la grama atrapaban la pelota... un jugador experimentado se hubiera quedado quieto en primera (aquí es donde se aplica el dicho que muchos usan sin saber por qué), pero ella continuó su carrera a segunda, con la suerte de que el jugador veterano que iba a poncharla, dejó caer la pelota y Natalia se salvó para llegar a segunda base. Continuó el juego y mi esposa, de quien me estaba sintiendo muy orgulloso, y que estaba de cumpleaños, anotó una carrera.

A medida que progresaba el juego, accidentalmente Natalia y yo oíamos que mencionaban nuestros nombres, y en lugar de pasar desapercibidos, como era nuestro propósito, nos estábamos volviendo "especiales". En otro turno al bate, yo abaniqué varias veces como cazando mariposas, hasta que le di a la pelota. Corrí y llegué seguro a la base, luego bateaba mi esposa, que falló varias veces por lanzamientos malos y le gritaban "poné a jugar a tu esposo, se está tostando en la base..." No sé si ella oyó eso, pero bateó y el juego continuó, y ambos anotamos carrera.

Concluimos que vamos a continuar en el juego, a inscribirnos en serio... fue una tarde muy bacana. Mi hijo quedó muy triste porque llegó el momento en que sus amiguitos se despidieron y ya no hubo más con quién jugar. Logramos tranquilizarlo un poco con la promesa de que vería las películas que sacamos de la biblioteca.

Mucho entusiasmo

La jornada terminó averiguando manillas para nosotros... en la casa me dediqué a lavar ropa, incluyendo la que tenía puesta y los zapatos empolvados por la arena anaranjada del campo de sóftbol. Mi golpe del pecho solamente se sentía al hacer presión y sentía un poco cansadas las piernas. Yo pensé que los brazos iban a terminar como si me hubiera amasado un gigante, pero no... mis brazos estaban bien.

Fueron mis piernas las que poco a poco fueron decayendo en una especie de catalepsia dolorosa y se negaban a obedecer las instrucciones del cerebro. Cada agachada para sacar la ropa sucia de la canasta me hacía sentir un viejito. Molido, supremamente molido. La cosa empeoraba, pero continué mis labores y como lo había decidido, iba a darme una ducha caliente para quitarme el mugrero y de paso relajar mi mínima y aporreada musculatura.

No funcionó. Bueno, me lavé el mugre y el sudor, pero las piernas perdían la capacidad de respuesta que uno espera. Secarme los pies fue una labor extenuante, un constante calambre que se hacía más intenso cuando me ponía la piyama. El panorama no pintaba mejor... mi casa de tres pisos no cuenta con ascensor ni tubo de escape. Subir y bajar las escalas era como hacerlo cargando un elefante en los hombros.

Mientras todo esto sucedía mi esposa estaba en misa. Cuando ella volvió, me encontró caminando como un viejito, apoyado en un bastón y con un esfuerzo enorme para sentarme y levantarme de las sillas... comimos un postre por su cumpleaños y al terminar decidí que debía acostarme... un par de ibuprofenos para el dolor y me encaramé en la cama, cobijado y tieso, media noche sin poderme dormir... soñé con manillas, con Iron Man, el perro ladró y nos despertó, el perro se encerró en la sala y nos despertó, y dormí poco, muy mal, hasta me desperté media hora antes que la alarma...

Al día siguiente, caminar, sentarse y pararse, había sido duro. "Este cuerpo decrépito", como decía Mun-ra, lo sentí como si mis músculos estuvieran hechos de arcilla en cada paso, en cada cambio de posición.... ¡qué falta de forma! Pero voy a seguir jugando sóftbol.

Camping

Hubo un fin de semana largo -o puente, para ponerlo en términos colombianos- y nos fuimos de campamento con unos amigos. Un viaje que preparamos "más o menos" con carpa nueva, nevera portátil, sanduchitos y otras cositas para comer y tomar. El sitio queda a 50 minutos de Montreal, en Ontario, la provincia más importante de Canadá.

Llegamos a nuestro campo reservado y nos dispusimos a armar la carpa siguiendo las instrucciones de la caja:
1. Verifique el contenido de la caja
2. Despliegue la carpa, extienda las varillas por la carpa y clávela en el piso
Eran como las instrucciones de "cómo dibujar un búho"...

Nuestros amigos no habían llegado y decidimos dar una vuelta por el lugar. Fuimos a conocer la playa de río y allá descubrimos que existen unas semillas del demonio, producidas por la castaña de agua. Quien pise esas semillas con forma de crampones se iría derechito al hospital, con riesgo de una amputación; entonces decidimos que el paseo no iba a ser en la playa. Cuando volvimos a nuestro sitio de campamento, ya nuestros amigos habían llegado y se estaban instalando. Ayudamos un poco mientras que nuestros hijos se dedicaron a jugar y disfrutar del parque.

Una vez estaba levantada la otra carpa, saqué las manillas y la pelota del carro... ¡porque compramos las manillas! Me puse a tirar lanzamientos con mi amigo, luego con su hijo y esperaba ansiosamenbte practicar con mi esposa... el día estaba bonito y al lado del parque había un espacio abierto perfecto para los lanzamientos. Cuando ella llegó, se calzó su manilla y yo lancé lo que se llama en el ambiente deportivo "un globito", es un lanzamiento que no va directamente al jugador, sino que cae del cielo... como para empezar suavecito y ambientar la tarde.

La pelota viajaba con su movimiento suave y empezaba a declinar hacia mi esposa, ella extendió la manilla, pero empezó a encoger el brazo en lugar de mover el cuerpo y como si fuera un enorme imán, en vez de la manilla, fue su cara la que recibió la pelota.

¡Pafff! ¡En la cara! Yo vi que las gafas salieron volando y ella se tapó los ojos en reflejo del golpe. Yo corri a verla y ella se reía nerviosamente sin destaparse la cara, como conteniendo el dolor, el llanto, la risa... no sé qué. Me puse nervioso y con tres fuertes bofetadas y tirándola del pelo la obligué a que destapara su rostro y vi que su pómulo izquierdo tenía una herida horizontal de una pulgada de longitud. El lente de las gafas, con el golpe de la pelota, la había cortado.

Lo de las bofetadas y el pelo es mentira... era nada más para aumentar el drama de este blog.

"¡Jueputa! nos vamos ya... vamos a preguntar donde te pueden coser la cara"... le limpié la sangre y nos sentamos a esperar instrucciones, pues nuestra amiga estaba llamando a averiguar qué podíamos hacer. Mi esposa se reía porque no entendía cómo había sido posible ese accidente, mientras que yo veía que con cada movimiento de su cara, la herida se iba "descosiendo" y vi la profundidad... como de 3 milímetros... Ella continuaba con su risa nerviosa y yo me ponía más ansioso. La convencí de que se mirara en un espejo. Al verse, ya no era necesario ningún argumento ni regaño y nos preparamos para ir al hospital más cercano. El niño se quedó con nuestra amiga, y su esposo, mi gran amigo y compañero de otras vicisitudes, nos acompañó.

En la portería nos dieron un mapita para llegar al hospital de Hawkesbury, el pueblo más cercano. Temíamos que gracias al paquidérmico sistema de salud canadiense nuestro fin de semana terminara en una silla de una sala de espera. En urgencias había muy poca gente y a mi esposa la atendieron pronto para la valoración, y pronto también pasó a ser vista por un médico residente y luego por el médico "de verdad"... que no estaba nada mal, decía ella. la atención duró un poco más de una hora... ¡bien! Le pusieron pegamento en la herida y le dieron las instrucciones para el cuidado necesario y demás precauciones. A medida que pasaba el tiempo, se le hinchaba la cara y hubo un momento en la noche en el que ella me preguntó cómo se veía. Y yo con mucha sinceridad le dije: "como un boxeador"... así más o menos.

Al día siguiente lancé algunas pelotas con el hijo de mi amigo. Nadie salió herido. A pesar de todo... queremos seguir jugando sóftbol.

Otra historia es la mala noche que pasamos en la carpa mal armada bajo (en) la lluvia... pero ya sé como armar la verraca carpa con las instrucciones que las experiencias nocturna y matutina me han dejado. Pero el paseo, en términos generales, estuvo muy bueno. Pero como dije... esa es otra historia.

En la clínica

La herida de Natalia iba sanando bien. A nosotros nos pusieron en un equipo llamado Falcons y se programó un juego contra Hawks que debió ser aplazado por la lluvia. Nosotros estábamos ansiosos por jugar nuevamente a pesar del accidente del camping. Cuando llegó el otro fin de semana jugamos con nuestro equipo contra los Eagles y el resultado deportivo fue desastroso, entre otras cosas, gracias a la pobre contribución de este atleta. Más descachado que nunca, mis intentos de bateo eran patéticos. El resultado lúdico fue grandioso... como decíamos cuando trabajamos en Slam, un bar frente al centro comercial Monterrey en Medellín: "aquí no se gana nada, pero se pasa bueno".

Mandaron un correo electrónico después en el que invitaban a los partricipantes del torneo a asistir a una "clínica de bateo"... y evidentemente, yo sería uno de los pacientes. Me presenté temprano y por fortuna además de mí, había nada más que otra persona, de modo que los instructores me dedicaron unos 45 minutos de consejos y formas para mejorar mi técnica.

En la clínica, ya se notaba un progreso solamente siguiendo unos discretos secretillos y así gané un poco de confianza. Una hora después de la cita para mejorar mi técnica, comenzaba el juego contra Phoenix. Ganamos...

Otro partido se canceló por el clima y estamos esperando los próximos, ya portando la camiseta del equipo. Ha habido mucha lluvia, un verano pasado por agua y eso ha dificultado el desarrollo del torneo, inclusive uno de los juegos programados para reemplazar los aplazados se frustró, porque no abrieron la cancha debido a que llovió a cántaros... la noche anterior. De todas maneras, todos los involucrados hacemos lo posible por jugar. Ya con mi camiseta marcada con el número 66 me dispuse con mi esposa a jugar en uno de esos juegos de reemplazo, en un fin de semana de puente en que nos íbamos otra vez de camping. Por eso en ambos equipos había menos jugadores, la gente aprovecha y se va de paseo, pero el compromiso es jugar mínimo seis juegos de diez.

Ese sábado jugamos contra Buzzards, uno de los equipos más veteranos y que cuenta en sus filas con John Quinn, el presidente de la liga. Por la ausencia de Carrie me pusieron de catcher... o sea el tipo que se agacha detrás del bateador con una máscara a recibir las pelotas que no se batean. Muy regular... no veía bien y tenía cero visión periférica, además "a esta edad" las agachadas y las cuclillas me dan un poco de trabajo, de manera pues que a medio juego volví a mi posición en la hierba, o como se dice, el outfield.

Bateé bien... mejor, bateé muy bien, todas las pelotas volaron como debían y no fallé ninguna, hice un par de buenas atrapadas y se notaba la mejoría de mi técnica y la de otros compañeros. Contra todos los pronósticos, ganamos 21 a 3. El juego del domingo, en el que estuvimos ausentes, nuestro equipo perdió 9 a 4... ¿Será que me extrañaron?

Se ha desarrollado el torneo y he vuelto a ser catcher. Mi esposa encabeza la lista de mujeres como la mejor, mientras yo aparezco en un puesto demasiado modesto... tanto, que ni sé en qué posición de las estadisticas figuro, pero me dijo John, que lo importante es aparecer en la lista... que hay gente que no sale porque no dan la talla, no dan nada... Y eso me pone a pensar en qué tan "recreativo" es el asunto. Si llevan estadísticas es porque es importante saber quiénes son los mejores jugadores, la cosa no se limita a perder o ganar un juego por diversión.

Que qué dicen las estadísticas... Ni idea... cifras y siglas que ignoro

"Safe!"

Ya anunciaron que se tomará la foto del equipo este fin de semana, y noté que decía "después del juego"... no me parece. Uno lleno de polvo, sudado, despelucado y seguramente de pantalón roto posando en una foto que quizá pase a la historia de la humanidad... al menos haré el esfuerzo -porque lo es- de afeitarme el sábado o el domingo y aparecer un poquito más presentable.

También están hablando del banquete anual en el que se premia al equipo ganador, y supongo, que aquellos que aparecen en lo alto de la lista. Si mi esposa sigue como va, se llevará un trofeo a la casa, y si nosotros, el equipo, seguimos como vamos, ganaremos el torneo. En el último partido vencimos a los otrora invictos, y mi progreso es notable... dos carreras y las palmaditas en la espalda con los comentarios: "well done, Jose", "You're fast!", "You can run as hell!"... soy rápido... aunque hubo un momento en que iba corriendo de segunda base a tercera, en el que mis piernas dejaron de responder por unas micras de segundo y pensé que me iba a caer rodando en la arena.

El poder mental existe, porque si no me concentro en mi carrera, hubiera quedado como un costal y raspado hasta los recuerdos. Pude mover los pies para estabilizarme y como un acto de supervivencia me deslicé para caer en barrido sobre la base, en la que boquiabierto, me miraba el contrincante sin haber recibido todavía la pelota. "Safe!", gritaba el umpire. Cuando supe que estaba vivo, me paré y recibí la palmadita de Steve, quien estaba de "coach" de tercera base en ese momento y el comentario que ya dije.

Por experiencia de motociclista, me revisé las muñecas y los tobillos: todo en orden. Dann al bate, golpea la pelota, rebota en la grama, corro y anoto carrera... y nuevamente pienso que fue una buena decisión arriesgarme a participar en este torneo... estoy contento con el sóftbol y el ambiente de amistad en el juego. Como catcher, esta vez no estuve tan mal, pero por jugar todo el partido, la máscara metálica me pasaba bastante, y terminé con el cuello como si hubiera estado voleando la greña en un concierto.

No hubo foto...

Ya casi

Los torneos de béisbol y sóftbol se juegan en tres fases: pretemporada, temporada y play offs. La pretemporada fue cuando los equipos estaban examinando a los novatos para incorporarlos, la temporada ha sido todo el proceso de juegos regulares en los que lo más importante es posicionarse según los juegos ganados y las estadísticas de juego y los play offs, son las eliminatorias teniendo en cuenta esas posiciones para que finalmente, dos equipos jueguen por el campeonato.

La temporada acaba de terminar el fin de semana pasado, para nosotros era de vital importancia ganar con el fin de mantener nuestra segunda posición y de esta manera acercarnos más al trofeo. El partido final de la temporada lo ganamos por dos carreras de diferencia, y aunque estuve contento con el juego, no anoté ninguna.

Ahora vienen los play offs y la manera en que funciona se llama "de muerte súbita", es decir, el equipo que pierda, queda eliminado sin importar lo que haya hecho en la temporada, y para eso es que se juega por posicionamiento. La liga tiene ocho equipos y se organizaron partidos en los que el mejor juega contra el menos bueno, es decir, el primer lugar juega conta el octavo, y el segundo contra el séptimo, el tercero contra el sexto y el tercero contra el cuarto.

Posiciones al terminar la temporada

Posición Equipo
1 Cardinals
2 Falcons :)
3 Buzzards
4 Phoenix
5 Hawks
6 Eagles
7 Roadrunners
8 Orioles

De esa manera se supone que los mejores equipos tienen ventaja, y así cosechan los logros de la temporada, pero siempre, el azar, es un factor importantísimo en la vida. Quedarán cuatro equipos que juegan otro fin de semana y los dos ganadores se enfrentan el mismo día para definir el campeón. Si los vaticinios funcionan, jugaremos contra Cardinals, quienes les han ganado a todos, excepto un partido contra nosotros y que en el juego final de la temporada le dieron una pela a los Roadrunners 9 - 28... pero todo puede pasar...

Por ahora este jueves nos reunieremos algunos del equipo en una taverna para conocernos mejor, pues aparte de los nombres, no sabemos nada de nadie.

Heavy MTL

38 años y no se me quita lo metalero, eso no se lavó con el fin de la adolescencia y ya está demostrado que no se fue con el matrimonio, ni con ser padre de familia; al contrario, he tenido la suerte de tener por pareja a una mujer maravillosa que apoya mi "condición" y es feliz cuando soy feliz en los conciertos.

Estaba anunciado desde principio de año el festival Heavy MTL al cual pensaba ir solamente un día, como he hecho en otras ocasiones. Pero el segundo, el domingo, iba a cerrar Rob Zombie... mi esposa al verme tan acongojado decidió que la asistencia a ese domingo de gracia iba a ser mi regalo de día del padre.

Esperé mucho ese fin de semana, que coincidió con los play offs de sóftbol y como ya he explicado, era un juego vital para nuestro equipo en el torneo. Cuando el entrenador del equipo preguntó por las confirmaciones para ese juego, yo muy honestamente le dije que en mi caso, era un "seguramente, pero no lo garantizo", debido a que el sábado iba a despelucarme de cuenta de mi música favorita en un ambiente veraniego lleno de hermandad, agua, polvo, distrosión y algo de alcohol... aires impregnados de los vapores tóxicos del canabinol y no sentarse en al menos ocho horas.

El festival fue la locura, pero eso es otra historia. Llegué a mi casa a media noche muy cansado y con temor de no poder jugar el domingo.

Al margen: eso de "trabarse a lo pajarito" es mentira... no funciona... más de 20 años de experiencia así lo demuestran.

Al despertarme para preparar la clase de natación de mi hijo, estiré el cuerpo y como pudo haber dicho el reconocidísimo filósofo de Pescaíto: "todo bien, todo bien". El domingo iba con la misma rutina que habíamos adoptado desde hace tantas semanas, pero con un poco más de tensión, aunque yo con un optimismo inédito, confiaba que íbamos a ganar ese partido.

Ese día crítico nos faltaron seis jugadores (los equipos tienen 18 integrantes), algunos de ellos eran clave... el otro equipo estaba completo. Antes de comenzar, el otro entrenador nos dio una charlita de motivación, que entre otras cosas, dijo que aunque éramos menos, les podíamos ganar.

Yo jugué bien, pocos errores y anoté una carrera válida, la otra no contó por un ponchado y Natalia también jugó bien... salvo por un choque circense que tuvo contra Víctor al tratar de atrapar una pelota, en el que ella rebotó y cayó al piso, y parte de su indumentaria salió despedida en todas direcciones como una granada de fragmentación: cachucha, gafas, gafas oscuras, diadema y manilla... pero no fue grave, fue más el susto. Aunque más tarde, ella entró al campo, muy oronda, sin manilla... creo que el golpe la afectó un poquitín, un umpire le hizo el comentario y yo le indiqué el olvido, y Víctor agregó que no le falta sino atreverse a batear a mano desnuda también...

El juego fue muy divertido y aunque nos faltaron seis compañeros, ganamos... y pasamos a cuartos de final.

Luego del partido, yo me iba a mi festival de metal, pero eso, es también otra historia.

Perdimos

A lo largo de todo este torneo, nuestro equipo, y yo, estábamos mejorando, pero siempre el azar es un factor ineludible, no solamente en los encuentros deportivos, sino en la vida misma. los Buzzards nos derrotaron por cuatro carreras, pero hubo circunstancias muy adversas a nosotros que contribuyeron a su victoria.

Un umpire, o juez en español, no "cantó" una pelota que salió fuera de juego y por ese descuido, el equipo contrario logró tres carreras... no valen los alegatos ni apelaciones, el umpire es ley.
Cuatro jugadores clave no pudieron estar ese día y toda la formación que hasta ahora nos había llevado al segundo lugar hubo que redistribuirla.

La suerte también estuvo de parte de Buzzards. Nuestros mejores bateadores resultaron ser nuestra maldición esa tarde, pues todas las pelotas que se iban a lo alto en la grama era atrapadas, con contadas excepciones, por los jugadores contrarios. En este caso, los bateadores mediocres, como yo, fuimos los que logramos hacer avanzar al equipo y anotar carreras. Yo logré sumar dos y por una atrapada mágica, saqué de juego al bateador insignia de la liga, John Quinn y en consecuencia, los otros tres jugadores que ocupaban las bases debieron sentarse en la banca también... si no atrapo esa pelota verde, al menos nos empujan otras dos carreras en la derrota.

Esa tarde di mucho más de lo que pude con mi velocidad, los barridos a las bases y hasta la moral, pues era uno de los pocos que no andaba cabisbajo, seguramente porque para mí ganar no es lo más importante.

El equipo que punteaba la tabla también perdió y la final la ganó Eagles, el cuarto en la tabla. Esa experiencia demuestra que no hay enemigo pequeño y que siempre debemos hacer todo en la vida como si fuera nuestro último día. Yo quedé muy satisfecho con mi desempeño y a pesar de la desidia con la que me inscribí en esa lista, me he vuelto un amante del sóftbol y estoy firmemente decidido a continuar en la próxima temporada y las venideras... si el azar lo permite.

El próximo año me compro zapatos especiales y guantes para batear

Epílogo

Finalizando septiembre tuvo lugar el banquete de cierre de la Liga Mixta de Sóftbol de Dollard-des-Ormeaux, donde se entregan los trofeos al equipo ganador y se hacen otros reconocimientos. A eso fuimos muy elegantes y bonitos porque era en una casa de banquetes muy buena, con buffet, humorista, disc-jockey y rifas de premios. De esos, no nos ganamos nada; yo comí hasta reventar y me tomé una sola cervecita. Mi esposa confesó que había votado por mí para el premio el miembro del equipo con el mayor espíritu deportivo (sportmanship), pero su voto aportó poco porque ella fue la ganadora de ese trofeo que se lograba por votos de los demás integrantes del equipo. Falcons ganó además otros tres trofeos, dos no recuerdo de qué y el otro fue a otra compañera por la mejoría en su rendimiento deportivo.

Esa noche también se publicaron las estadísticas generales, en las que siendo mucha gracia, aparecimos nosotros, aquí las traduzco con los comentarios del presidente de la liga:

Natalia
Juegos jugados: 9/10
Al bate: 24
Hits: 13
Promedio: .542 (4º en la liga entre las mujeres – excelente promedio para su primer año)
Carreras: 2
Carreras impulsadas: 2
Fielder’s Choices: 4

José David 
Juegos jugados: 9/10
Al bate: 29
Hits: 18 (todos sencillos)
Promedio: .621 (demasiado bueno para quien juega por primera vez– fuiste 32 entre 100 hombres – lograste aparacer en la lista de líderes que publicamos)
Carreras: 6
Carreras impulsadas: 3
Fielder’s Choices: 8 (las veces que se hizo un out a otro jugador por tu responsabilidad - eso no es bueno!)