2 ago 2016

Acuerdos de La Habana y salchichón con limón

Motivado especialmente por la campaña que hacen en las redes sociales, los seguidores del ex presidente Uribe y otros detractores de este proceso de negociación; me tomé el tiempo de leer el texto completo que publicó El Espectador, de los acuerdos de La Habana en el proceso de paz del gobierno colombiano con los rebeldes de las FARC.

Quise leer ahí por qué a los guerrilleros les van a pagar gratiniano $1'800.000 mensuales, mientras que el grueso de los colombianos se dedica a ganarse la vida por menos plata vendiendo discos piratas, frutas, trabajando en maquilas de confección, pegando ladrillos o atendiendo en almacenes de ropa en los cientos de centros comerciales que plagan el territorio urbano nacional. Quise entender por qué a los guerrilleros desmovilizados les iban a dar de carambola una plata que difícilmente se ganan los campesinos que alimentan a la Nación y han sido víctimas de los comunistas.

Pero en ese texto no dice absolutamente nada al respecto, no se habla de salarios ni montos en pesos ni dólares, ni cualquier otra moneda de cambio en Colombia. Ese salario parece un invento pernicioso para desinformar a los que navegamos en Internet, a los que leen y a los que rumorean en costureros y filas de banco. ¿O está en otro texto que no son los acuerdos?

Busqué también lo de las curules en el congreso, porque francamente me parece una locura que quienes cínicamente han estado desangrando al país y llenando el mundo de drogas ilícitas, lucrándose con el secuestro extorsivo y abusando de menores y mujeres en sus filas; se conviertan en "padres de la Patria" y vengan a decirnos a los Colombianos cómo hacer las cosas.

Pero eso tampoco está mencionado en los acuerdos. Me rascaba la cabeza pensando cómo era posible que la élite colombiana estuviera sentando a Romaña, Santrich, Catatumbo y demás secuaces en el Capitolio, cuando en los acuerdos no se contempla eso, ¿sería, acaso, otra trampa de los políticos y personas de bien para confundir y envenenarnos la cabeza? ¿O está en otro texto que no son los acuerdos?

Quizá lo de la impunidad estaría ahí, la venia para que la cúpula de las FARC empiece a ganarse los salarios escandalosos de los congresistas con pensiones groseramente abultadas sin haber pagado ni diez minutos de cárcel. Pero no lo vi por ningún lado, al menos no en el lenguaje que yo entiendo, no vi nada sobre eso en ese texto y me pregunté si se trataba entonces de algún político de alcurnia pisando un homiguero para alborotar a la gente. ¿O está en otro texto que no son los acuerdos?

El texto, en general -y digo general en sentido literal-, no detalla mucho sobre el cómo y el cuánto de las cosas y no hay menciones de esas cosillas que levantan ampolla en voces de los ciudadanos corrientes, sobre todo, no dice:
  • qué van a hacer con tanto desmovilizado que lo único que sabe hacer es delinquir
  • cómo van a mantener a esta gente contenta y tranquila
  • qué va a pasar con los bienes robados a los campesinos
  • qué va a pasar con el narcotráfico (rutas, clientes, cultivos, proveedores) y otros negocios ilegales
  • qué va a pasar con el dinero no declarado (obviamente) de una de las organizaciones narcotraficantes más ricas del mundo
  • qué va a pasar con esos frentes que no acepten los acuerdos
  • cómo se va a financiar ese proceso largo de desmovilización
  • qué justicia y reparación se aplicará a esta gente
  • qué va a pasar con los niños y mujeres reclutados
Yo soy de esos que nacimos y crecimos en un país violento y soy de esos que sueña con un país en paz, pero con justicia. Yo soy de esos que no cree en lo que las FARC diga o escriba, soy profundamente excéptico con que este proceso de verdad cambie para bien la vida de los colombianos, me temo que de resultar estos acuerdos y de pasar el plebiscito, luego otros inconformes organicen un nuevo grupo para "luchar por la verdad y el pueblo", un nuevo grupo que no quiera el país "entregado al castrochavismo", porque muy tristemente, la violencia está tan arraigada en la cultura nuestra como el salchichón con limón en la tienda de la esquina, pero esa es otra historia…

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