19 sept 2014

Silencio sobre la pérdida de fe en él

Yo también creí en él hace mucho tiempo, pero a medida que iba conociendo el mundo y leyendo más, me iba decepcionando de todo eso en lo que alguna vez senté mis esperanzas y la confianza en el futuro.

Conversando con amigos y familiares en discusiones muy acaloradas, me presentaban argumentos aparentemente muy válidos para convencerme de que yo estaba equivocado y que las mayorías estaban representadas en ese personaje, que para mí, tan mortal como todos, no ha representado más que un héroe temporal con algunos logros notables, pero también con pecadillos que desde algunos puntos de vista no valen la pena, mientras que a la luz de la Ley, podrían constituir grandes crímenes.

Es una pérdida de fe, o mejor dicho, es haber entrado en razón tras eliminar esa venda mental que impide ver con claridad lo evidente. Por ejemplo, que mientras sus discípulos se han dispersado por el mundo huyendo de esa Ley y de alguna manera, representando su palabra, este personaje continúa siendo el motor de una fe ciega que pretende trascender a la eternidad como la única verdad posible en la que "quien no está con migo, está contra mí".

Entré en razón y renuncié de tajo a seguir cualquiera de sus doctrinas, obviamente al expresar esto he sido señalado de "malo" y me han pintado como un hijo del anticristo, aliado de asesinos; pero la cosa no es así. Cuando la gente se aferra a una esperanza y a eso se le mete una ideología (fantasma) confusa, se crea una horda de fanáticos que son una especie de conciencia colectiva, una masa furiosa que defiende a este líder a pesar de las evidencias históricas que demuestran su naturaleza humana y sobre todo falible.

Cuando expreso mi desacuerdo con esta masa de seguidores, contra esa ideología informe, soy entendido como un transgresor de la normalidad y las buenas costumbres, cuando expreso que no encuentro válido el método de este ser, soy de inmediato puesto en el otro plato de la balanza en el que se cocerán los infieles sobre las llamas del infierno.

Contra él no se puede opinar, no es posible ni siquiera sembrar una duda. Aparecen de inmediato seguidores que aunque personas inteligentes, lo defienden como al verdadero mesías, para ellos es la solución máxima a todos los problemas, ellos permanecen ciegos ante las evidencias empíricas y no escuchan razones, ellos me insultarán por mis palabras demostrando así que no existe espacio a la discusión sana; únicamente los alegatos continuos que nacen de la obediencia y de la incapacidad de dudar.

Él no es la única solución, ni la mejor; pero hasta ahora, según muchos, "la menos peor". Yo no tengo respuestas, pero sé que este individuo no es un elemento con el cual me quiera sentir identificado y eso no me convierte en enemigo, que quede claro. No encuentro quién pueda elevar una bandera digna, un verdadero mesías.

Hay temas de los que es mejor no opinar ni argumentar en público, y ni siquiera en privado… este personaje se ha convertido en un ídolo al que no falta sino crearle sus propios templos, hasta el dogma ha decidido que no se puede ni siquiera pronunciar su nombre, pero así como yo me inclino a guardar silencio sobre las creencias ajenas, he decidido hace tiempo, y sobre todo después de los episodios más recientes de la historia, no volver a hablar de Uribe.

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