31 ago 2016

¿Acepta a la novia fea como esposa, sí o no?

Tómelo con buen humor, pero sea reflexivo

Esta es la historia de un abogado paranóico que estaba desesperado por solucionar su vida sentimental y tras 50 y pico de años de tener malas parejas o ninguna, tuvo la oportunidad de, por fin, dar por terminada su angustiosa y dañina soltería.

Fabiola Antonia Rodríguez Castro*
Se emparejó con una dama del barrio, que sin ser muy agraciada ni muy inteligente, le ofrecía la esperanza de no quedarse solo, tener hijos y prosperar como familia. Estuvo visitádola en la sala de su casa, bajo la mirada de sus suegros y cuñados sin poder recibir ni una "pruebita de amor". Sabía por la experiencia que esa mujer tenía varios defectitos físicos y mal aliento, no se depilaba nada y tenía un mal genio capaz de espantar al santo Job.

Pero era su novia, la única.

A pesar de lo desagradable que parecía, le cantaba a él las canciones de Silvio que tanto le gustan y de vez en cuando lo recibía con empanadas y a veces le daba buenos consejos. Por eso él insistía en visitarla en esa sala cómoda con la esperanza de conocerla mejor y ponerse serio.

Pasaron cuatro años tratando de conocerse mejor y ambos decidieron que era el momento de formalizar la relación. Organizaron una presentación en sociedad para dar la buena noticia de su compromiso, y en pocos meses, efectuar la boda.

En la noche del matrimonio, cuando se le preguntó "¿Acepta a esta mujer como esposa en las buenas y en las malas, en la riqueza y la pobreza, en la salud y en la enfermedad, y se compromete a protegerla y respetarla hasta que la muerte los separe?"

Y él pensaba que era su oportunidad de no seguir solo y quería responder que sí, pero que si ella mejoraba su higiene bucal; que sí, pero si ella dejaba ese hijueputa mal genio por todo; que sí, pero si al menos se depilaba las piernas, los sobacos y "la cosita"; que sí, pero si al menos se lavaba el pelo una vez por semana; que sí, pero si dejaba de tirarse pedos mientras comían y de sacarse los mocos delante de sus amigos.

Luego de pensar todo eso quería responder que no; pero entonces qué tal que se pierda del mejor sexo de su vida, del que hasta ahora no le habían dado nada; que no, pero qué tal que se quede sin ser papá; que no, pero no quería continuar solo; que no, y entonces las cancioncitas de Silvio qué; que no, y recordaba lo que todos sus amigos le decían: "hermano, hay miles de viejas mejores que esa, consígase otra".

El pobre no sabía qué responder porque había cosas de su novia que no le gustaban para nada, pero ella tenía el potencial de hacerlo feliz en cuestiones más importantes, pues según ella, los pelos de los sobacos son solamente apariencias y lo que vale está por dentro; pero ese "por dentro" él no lo conocía de verdad.

Ahora ya no estaba tan seguro de querer casarse con esa novia que esperó durante casi 60 años, estaba pensando en dejarla y conseguise otra novia mejor, pero ¿qué tal que resulte peor, una borracha perdida, o una despilfarradora de la plata?

"Esa pregunta, debería tener condiciones y cláusulas de cumplimiento", respondió el novio agregando, "decir sí o no a lo que me va a cambiar -nos va a cambiar mi amorcito- la vida, creo que es limitado, la pregunta no está bien formulada".

Y todo el mundo en la iglesia lo miró feo mientras se extendían los murmullos.

¿Que si yo voy a votar sí o no en el plebiscito? ¿Que si yo creo que el mecanismo de consulta popular no es idóneo? esa es otra historia...

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*Nombre ficticio para una foto bajada por ahí escribiendo en Google: "hary lady"
Leiga pa que se instruiga: plebiscito y referéndum

11 ago 2016

Veneno en la sangre de los colombianos

Ahora el problema es cómo el Gobierno pretende orientar a los niños en el respeto a la diversidad, pero el verdadero problema es constante y es más fácil para quienes vivimos fuera del territorio, ver al país como un hervidero de gusanos que se enroscan al rededor de la podredumbre.

Ponga el tema que quiera y la gente se va a atacar, a veces hasta la muerte, por defender a ciegas una posición dictada casi siempre desde arriba. Ideas impuestas o prestadas que no están bien digeridas. Intolerancia, ignorancia, odio, fanatismo; pueden aplicarse a entender que un niño puede ser homosexual y hay que vivir con ello, o que se firme el plebiscito por la paz.

Los hinchas de fútbol atacan al otro por llevar una camiseta de un color que no les gusta, por esa pendejada han muerto ya muchos en manos de pillos cuya excusa es un falso amor por una empresa privada, por un club deportivo al que no le afecta que estos se maten con los otros.

Ahora con lo de las tales cartillas, se alborotó el avispero y en nombre de los valores familiares, hay gente con pancartas tratando de "puta" a la ministra Gina Parody, citando la Biblia como fuente de legislación o referencia científica y la consabida frase: "prefiero un hijo ladrón que marica".

¡Qué tristeza mi país! Tratar de discutir con un colombiano es muy difícil sin entrar en la grosería y sin pasar las fronteras del respeto a pensar distinto. Muy difícil que una opinión sea leída sin buscar entre renglones agendas ocultas disfrazadas con la libre expresión.

Ya hay palabras acuñadas como insultos: mamerto, uribista, santista, castrochavista, socialista, fascista, derechista, hippie, ñero... una lista interminable con la que los colombianos en un lado se refieren a los colombianos en el otro.

En la sangre colombiana, pareciera que corre veneno. Muchas ganas de pelear, de insultar antes de escuchar los argumentos, de atacar con mentiras y desinformación. Un apego a obedecer ciegamente lo que diga el mesías de turno sin preguntarse ¿será cierto, por qué lo dice?

Veo publicaciones advirtiendo sobre los peligros de que Colombia entre en un infierno socialista, porque ven el desastre en que se han convertido Venezuela y Cuba, pero veo también publicaciones de los que quieren venir a vivir a Canadá para darle a sus hijos y nietos un mejor porvenir. Canadá es una monarquía constitucional, democracia parlamentaria y estado federal; cuyo modo de administración es SOCIALISTA.

Juzgar al otro e insultarlo para defender los valores familiares, disculpenme la expresión, pero ¡hágame el hijueputa favor! Como dice en una canción de Mago de Oz: es como follar por la virginidad. ¿La señora en la foto educa a sus hijos así como expresa públicamente su descontento con la ministra? ¿Acaso les enseña a sus hijos a rechazar a la ministra por lesbiana, y encima les enseña que es, según ella, puta?

Qué vergüenza ese cartel y esa señora...
qué vergüenza el "paisa verraco" que salió a insultar y agredir a Antonio Navarro Wolff por promover la paz...
qué vergüenza las tácticas de desinformación de la Procuraduría con respecto a las cartillas...
qué vergüenza condicionar el alimento de los niños a que se pongan una camiseta "sí al plebiscito"...
qué vergüenza que los curas condicionen el apoyo a la paz si se aplica su doctrina de orientación sexual...
qué vergüenza que a Vicky Dávila la llamen puta y ladrona por verse obligada a hacer periodismo por su cuenta...
qué vergüenza que a quien le gusta el reguetón la traten de prepago, bruta o mula...

Fútbol, política, música, educación... todo eso se ha vuelto como religión, donde no se admite la duda ni el cambio, donde no es posible entablar una discusión constructiva. La violencia existe en la cultura colombiana y está más arraigada de lo que la gente cree. Obvio que no todo el mundo se ofusca o carece de argumentos para discutir un tema, pero he sido testigo de la transformación de mansas mujeres, devotas cristianas, convertirse en unos completos animales agresivos, como esa vez cuando Diomedes Díaz no fue a un concierto en Medellín y tuvimos que escaparnos de la turba, pero esa es otra historia...

RECUERDO: a mí también me pusieron a marchar en el colegio, obligado, cuando el Gobierno quería que todas las instituciones educativas fueran laicas.

DATO REAL: ESTA ES LA VERDADERA CARTILLA

2 ago 2016

Acuerdos de La Habana y salchichón con limón

Motivado especialmente por la campaña que hacen en las redes sociales, los seguidores del ex presidente Uribe y otros detractores de este proceso de negociación; me tomé el tiempo de leer el texto completo que publicó El Espectador, de los acuerdos de La Habana en el proceso de paz del gobierno colombiano con los rebeldes de las FARC.

Quise leer ahí por qué a los guerrilleros les van a pagar gratiniano $1'800.000 mensuales, mientras que el grueso de los colombianos se dedica a ganarse la vida por menos plata vendiendo discos piratas, frutas, trabajando en maquilas de confección, pegando ladrillos o atendiendo en almacenes de ropa en los cientos de centros comerciales que plagan el territorio urbano nacional. Quise entender por qué a los guerrilleros desmovilizados les iban a dar de carambola una plata que difícilmente se ganan los campesinos que alimentan a la Nación y han sido víctimas de los comunistas.

Pero en ese texto no dice absolutamente nada al respecto, no se habla de salarios ni montos en pesos ni dólares, ni cualquier otra moneda de cambio en Colombia. Ese salario parece un invento pernicioso para desinformar a los que navegamos en Internet, a los que leen y a los que rumorean en costureros y filas de banco. ¿O está en otro texto que no son los acuerdos?

Busqué también lo de las curules en el congreso, porque francamente me parece una locura que quienes cínicamente han estado desangrando al país y llenando el mundo de drogas ilícitas, lucrándose con el secuestro extorsivo y abusando de menores y mujeres en sus filas; se conviertan en "padres de la Patria" y vengan a decirnos a los Colombianos cómo hacer las cosas.

Pero eso tampoco está mencionado en los acuerdos. Me rascaba la cabeza pensando cómo era posible que la élite colombiana estuviera sentando a Romaña, Santrich, Catatumbo y demás secuaces en el Capitolio, cuando en los acuerdos no se contempla eso, ¿sería, acaso, otra trampa de los políticos y personas de bien para confundir y envenenarnos la cabeza? ¿O está en otro texto que no son los acuerdos?

Quizá lo de la impunidad estaría ahí, la venia para que la cúpula de las FARC empiece a ganarse los salarios escandalosos de los congresistas con pensiones groseramente abultadas sin haber pagado ni diez minutos de cárcel. Pero no lo vi por ningún lado, al menos no en el lenguaje que yo entiendo, no vi nada sobre eso en ese texto y me pregunté si se trataba entonces de algún político de alcurnia pisando un homiguero para alborotar a la gente. ¿O está en otro texto que no son los acuerdos?

El texto, en general -y digo general en sentido literal-, no detalla mucho sobre el cómo y el cuánto de las cosas y no hay menciones de esas cosillas que levantan ampolla en voces de los ciudadanos corrientes, sobre todo, no dice:
  • qué van a hacer con tanto desmovilizado que lo único que sabe hacer es delinquir
  • cómo van a mantener a esta gente contenta y tranquila
  • qué va a pasar con los bienes robados a los campesinos
  • qué va a pasar con el narcotráfico (rutas, clientes, cultivos, proveedores) y otros negocios ilegales
  • qué va a pasar con el dinero no declarado (obviamente) de una de las organizaciones narcotraficantes más ricas del mundo
  • qué va a pasar con esos frentes que no acepten los acuerdos
  • cómo se va a financiar ese proceso largo de desmovilización
  • qué justicia y reparación se aplicará a esta gente
  • qué va a pasar con los niños y mujeres reclutados
Yo soy de esos que nacimos y crecimos en un país violento y soy de esos que sueña con un país en paz, pero con justicia. Yo soy de esos que no cree en lo que las FARC diga o escriba, soy profundamente excéptico con que este proceso de verdad cambie para bien la vida de los colombianos, me temo que de resultar estos acuerdos y de pasar el plebiscito, luego otros inconformes organicen un nuevo grupo para "luchar por la verdad y el pueblo", un nuevo grupo que no quiera el país "entregado al castrochavismo", porque muy tristemente, la violencia está tan arraigada en la cultura nuestra como el salchichón con limón en la tienda de la esquina, pero esa es otra historia…