Original en Facebook el 16 de agosto de 2013. Cuando no conocía Ghost y no había visto a King Diamond
Hace cinco días estuve en el festival Heavy MTL y allá tuve la oportunidad de ver, entre muchas otras bandas, a Gwar, Steel Panther y Rob Zombie; y gracias a varias discusiones en el grupo de Facebook "Mi pasión es el Metal", he estado haciendo una reflexión toda esta semana:
¿Qué se considera payasada y qué no, en el metal?
En el festival estuve con un amigo que no anda muy actualizado que digamos en ciertos generillos del metal y que nunca había visto en vivo a las bandas que ya mencioné, pero sabía de qué se trataba Gwar, sin conocer su música, y le expliqué que Steel Panther es un grupo parodia del glam y del heavy, y que a pesar de eso, tienen excelente calidad.
Una vez se presentaron Gwar y Steel Panther, uno seguido del otro, el comentario de mi amigo fue: "acabamos de ser testigos de una caricatura del metal"... y desde eso me dejó pensando muchas cosas.
Primero, quiero dejar claro que por "payasada" voy a expresar, no lo que hace reir, sino la exageración en el espectáculo y la indumentaria de los músicos, además voy a referirme a espectáculos a los que haya asistido, porque la música no solamente es lo que uno escucha, sino lo que uno siente, y de eso se trata un show. El sonido aislado carece de payasadas...
Empecemos por los pioneros para ir desglosando este tema.
Alice Cooper (junto con David Bowie) empezó a desarrollar elementos teatrales en el escenario y a "disfrazarse" para crear personajes que dieran vida a su músico, ellos fueron los creadores del glam rock... glam de glamour, que significa belleza seductora... aunque de belleza Alice Cooper y David Bowie... como que poquito.
Era yo cuando salí de mi primer concierto de Gwar, agosto del 2007 |
Alice Cooper como tal es una creación ficticia, él no se llama así ni tampoco es un sadomasoquista, es una invención con el fin de llevar el espectáculo musical un poco más lejos, también fue uno de los pioneros en la creación de conceptos de disco, en el que las historias podrían relacionarse en una sola temática. Cuando uno está en un concierto de Alice Cooper, no solamente escucha música de tres o cuatro décadas, sino que es testigo de la puesta enescena de las canciones, algunas, cuando se corta la cabeza en una guillotina o juega con culebras, cuando saca un látigo e inclusive, el maquillaje macabro que lo ha distinguido en toda su carrera como rockero.
Es posible distraerse un poco mirando estas cosas, pero la música siempre suena en un concierto, de eso se trata, pero cuando al asunto se le quiere inyectar más adrenalina, se puede ir más lejos incorporando otros elementos: juegos pirotécnicos, malabares, vuelos, desafíos de la gravedad, bailarines, agua y hasta morder murciélagos.
Gene Simmons tuvo la idea, segun dice, de utilizar el maquijalle kabuki (no confundir con bukake) para crear los personajes de KISS, que han perdurado a lo largo de 40 años y que inclusive, en la ausencia de esos personajes, la banda decayó en popularidad. ¿Le hace falta el maquijalle a Kiss? ¡Pues claro! Todo lo que hacen en espectáculo hace parte de la música, no sería lo mismo escuchar God of Thunder si Gene Simmos se viste de jugador de golf y toca sentado en una silla... cuando hay pólvora, lo elevan 30 metros sobre el escenario, escupe "sangre" y canta desde las alturas, la canción se convierte en un canal mágico de conexión con el público... cuando yo era muy niño dibujaba a Gene Simmons en la última hojita de los cuadernos, pero no tenía ni idea qué era eso, mi primer acercamiento a KISS no fue por la música.
Partiendo de Alice Cooper y los miembros de KISS, otros decidieron incorporar el maquijalle como parte de su expresión artística, y en algunos subgéneros, se ha hecho casi que obligatorio. Hoy nos es muy difícil concebir un grupo de Black Metal sin maquillaje estilo kabuki (blanco y negro) y es un elemento distintivo. De esos grupos, he visto varios y todos tienen en común la cara pintada, la ropa negra (oajalá de cuero) y las manillas con puntas que emulan a los guerreros bárbaros.
¿Pero hace falta todo eso? Lo dudo... solamente algunos de los músicos son fácilmente identificables por ese maquillaje, hay grupos de black metal que no se pintan así y que no se forran en cuero y metal para presentarse, pero la mayoría sí lo hace, así como diseñan (?) logotipos ilegibles que los "distinguen" dentro del género. Cuando vi a Typhon, Bull Metal, el baterista y lider del grupo, en un momento dado apareció con un crucifijo al que le puso un explosivo y lo quemó en pleno concierto... eso no era necesario. Cuando estuve en el concierto de Celtic Frost se presentó también, para abrir, 1349. Yo estaba en primera fila y en tal canción el vocalista se bajó para saludar al público. Yo estiré mi mano para el apretón y en ese momento me di cuenta que las manillas de clavos de dos pulgadas tampoco son necesarias, si el tipo no la hubiera tenido, el saludo no me hubiera significado tres rayones sangrientos en el brazo, esa noche fue una de las pocas en que compré una copa de tequila para echarmela en la piel, la infección de esos clavos hubiera sido terrible.
Cradle of Filth y Dimmu Borgir son bandas que cuentan con mayor presupuesto y esas pintas las han evolucionado a niveles "mágicos". Cuando tocan uno tiene la impresión de que la música sale de las entrañas del infierno y que es tocada por Pinhead y sus cenobitas... uno se mete en "la película" porque los artistas no solamente desarrollan componiendo, sino con todo el teatro que rodea la puesta en escena. Qué pasaría si estos dos grupos deciden abandonar toda esa indumentaria... qué pasaría si se presentan sin ninguna otra pretención que hacer música... como Sansón, pierden la magia.
He visto las fotos de Danny Filth en Facebook, y el hombre en su vida diaria parecería cualquiera de nosotros... tiene claro que él es un personaje en el escenario y una persona en la vida cotidiana.
Esa misma magia es la que ha identificado a Misfits con su horror punk y que no solamente se han mantenido vigentes, si no que se han posicionado como referente en la historia del rock, el punk y el metal.
La payasada de Rammstein es algo fuera de cualquier parámetro. El espectáculo empieza desde el momento en que se decide apagar la luz para que empiece el concierto. Todo tiene que ver con la puesta en escena: la llegada al escenario, las pintas, el maquillaje, la pólvora... mucha pólvora, los lanzallamas y las representaciones sadomasoquistas. Todo eso se hace con una calidad impecable y se sincroniza con la música, de manera que uno no solamente está escuchando lo mismo de los discos, sino que está viviendo a Rammstein, igual que los anteriores, sin todo ese montaje los conciertos perderían su gracia, y al igual que con los anteriores, una cosa es la música en el disco y otra en concierto.
A pesar de los años yo insisto en estar lo más cerca posible de los artistas y meterme entre la muchedumbre aunque me pisen, aunque me escupan, aunque me estrujen, aunque me tiren cerveza en la ropa, aunque me unte del sudor de un tipo de 250 kilos, aunque el pelo al de adelante le huela a mortadela vieja, aunque le fumen a uno marihuana al lado, aunque de vez en cuando lo rocen a uno con una teta... Uno va a un concierto de metal, no a la ópera... es mi parecer, que si uno va a sentarse lejos para simplemente mirar quieto y callado, mejor se compra un DVD para verlo en la casa, ponerle pausa para ir a hacer pipí y acostarse temprano.
No tengo ni idea en qué género se clasificaría Gwar, un grupo que en payasada se pasa por el bozo a muchos, no solamente por su indumentaria exagerada que emula a los bárbaros, llevando a la caricatura a clásicos como Espartaco, sino porque participan marionetas gigantes a quienes destripan, degollan, decapitan y que expulsan todo tipo de fluidos coprorales. Son chorros de agua tinturada que apuntan al público para hacerlo a uno verdadero participante del concierto. El que salga de un concierto de Gwar sin parecer que fue atropellado por una estampida de rinocerontes... ¡no fue a nada! En este caso, es más importante el montaje que la misma música, no valdría la pena verlos sin sus difraces.
Steel Panther es un grupo que se concibió como parodia de un género que se cayó por su propio peso. El Hair Metal se sepultó en sus excesos y la mentira de la vida del rock star, Steel Panther recoje todo eso y con humor, hacen una excelente música y han diseñado personajes que responden a esos clichés del hair metal. Quiero hacer el ensayo de ponerle a escuchar este grupo a un metalero de medio pelo, que no sepa nada de inglés, y retarlo a que identifique el grupo... es aislar el elemento parodia para dejar solamente el elemento música... quiero retar a ese metalero de medio pelo a que me diga qué grupo está oyendo... mi hipótesis es que responderá Poison, Scorpions o algo así. En estos tipos, parte de la gracia es reirse de sí mismos, burlarse de lo que ellos son y les gusta mediante la creación de personajes más o menos ficticios, porque se basan en reconocidísimos rockeros de fama mundial como Brett Michaels, Bon Jovi, Niki Sixx y Axl Rose.
Lo enorme, lo grandioso, lo inabarcable... eso es Iron Maiden con sus Eddies y tanques de guerra, pirámides, aviones... y eso es también Rob Zombie, quien saca aparatos en los que se monta para cantar desde ahí, máquinas que se mueven por el escenario, tencología de retaguardia que ambienta sus canciones y que materializan sus diseños de carátula y sus videos musicales.
Quiero concluir que para mí es una verdadera payasada cuando el efecto deseado fracasa, cuando las intensiones de impresionar lograr hacer reir o sentir lástima... el black metalero que se pinta la cara y se le corre el maquillaje, las escenografías que se cuelgan, los juegos pirotécnicos de pacotilla y las puestas en escena carentes de autenticidad. De los casos que he presentado, ninguno (salvo el crucifijo y la manilla de clavos) me parece payasada. Son montajes que se justifican per sé, porque en un concierto uno va a mucho más que oir música en vivo... Uno va a cambiar la vida por un rato.
Excelente
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