28 jul 2014

Voy a hablar mal de vos

Cuando lo vi hace años aseguraba que le habrían pagado para vestirse con "tal elegancia" o que habría sido alguna suerte de canje marquetero que sus apoderados habían negociado para el evento deportivo-farandulero. A mis ojos espantoso, a otros el traje de Lionel Messi les impresionó por su moderna elegancia y se habló más de la pinta que del trofeo.

También hubo muchas críticas al jugador cuando "ignoró a un niño" que le tendió la mano amigablemente, pero la gente antes de buscar una explicación o ver el video completo se desparramó en insultos que por antonomasia maltrataban a la nación argentina: "petulante", "soberbio", "se va a suicidar lanzándose de su ego"… Pero es que es muy fácil criticar, sobre todo a la gente famosa, sin conocer las historias detrás de cada vida, detrás de cada trofeo, detrás de cada patrocinio.

Leí como muchos esta columna en la que no solamente entendí las dificultades por las que pasa esta estrella del fútbol, sino que pensé en tanta gente célebre que a diario babeamos con nuestras lenguas viperinas y lapidamos en los muros de Facebook como si no fueran gente que como nosotros, tiene su historia.

Siempre que escucho cualquier canción de Michael Jackson siento mucha tristeza por el fin tan trágico que tuvo este genio de la música y el baile, y no me refiero a su muerte, sino al momento en que su niñez acabó para dar paso a un ascenso vertiginoso en el mundo de la fama y los excesos, y con ello, los compromisos, la exigencia, el desgaste y la necesidad de seguir adelante para responder a las expectativas. No voy a justificar su proceder, pero entiendo un poco por qué su adicción a ciertos fármacos legales y esa continua evolución en cirugías plásticas. Dar lo máximo, alcanzar la perfección, mantener el amor de sus fanáticos, sostener al "Rey del Pop" en su trono.

Ses nouvelles résolutions: la folle vie de
Miley
 (Sus nuevas resoluciones, vida
loca de Miley)
Converso con mi esposa muchas veces, motivado por imágenes o noticias de jóvenes artistas y siempre me hago la misma pregunta: "¿Por qué hacen tantas estupideces?" Tal vez por responder a las expectativas. Esta foto de una portada de revista (a la izquierda) la tomé hace unas noches y me causó mucha gracia cómo el francés leído en español cambia de sentido. Pero volviendo al tema, pienso en esos artistas que llenos de talento aprenden a vivir llenos de problemas, "dando papaya" para que sean la burla en los medios de comunicación y para que pasen de vez en cuando a que les tomen fotos de fichajes judiciales.

Todos ellos deben tener sus motivos y sus dificultades. Justin Bieber pasó de ser un muchachito lindo que tocaba guitarra y cantaba a ser un ídolo de las niñas, de un momento a otro se llenó de fama y dinero, y de buenas y malas compañías. Miley Cyrus se ha dejado fotografiar por sus malas amistades para que publiquen fotos de ella soplando un bong (por la razon que fuera) y que gracias a eso y otro sartal de idioteces, cultive una muy mala fama y nosotros ahí: atentos a la papaya para soltar la crítica mordaz.

Hay gente que vive de eso en los canales de televisión, hablar mal del otro es una profesión y hasta otorga un estátus de superioridad moral de ese criticón con salario, por ejemplo Fashion Police y toda esa gente que se dedica a encontrarles celulitis y arrugas a las reinas de belleza. Yo he sido muy burletero -para muestra este blog-, pero desde hace unos años he tratado de menguar esa costumbre malsana, en principio porque no me gustaría que se burlaran de mí ni que la gente que no me conoce diga cosas sobre mi vida y mi familia, gente a la que ellos no les importa… y reflexiono que cada cual tiene su vida privada y motivos personales para su obrar, a veces es síndrome de Asperges, como Lionel Messi, o una enfermedad ósea terrible como la de Mick Mars, el guitarrista de Mötley Crüe.

Yo también me he burlado de la gente y he hecho críticas sin conocer las historias, pero este afiche que hice tiene su propio cuento, no era directamente una burla contra Justin Bieber, sino contra los metaleros de Photoshop en una discusión sobre los gustos metaleros de artistas pop como Cristian Castro.
El caso de Justin Bieber es muy buen ejemplo. Conozco gente que dedica su tiempo a burlarse de él, a insultarlo a compararlo con Behethoven o con Fredy Mercury y en conclusión a denigrar de él como persona porque no les convence su arte, o simplemente, como dijo el famosísimo pedalista y filósofo antioqueño: "(…) la gente se muere menos de cáncer que de envidia".

Por desgracia -de ellos- la fama implica otras cosas que no siempre son agradables. Quien es célebre se convierte en patrimonio de la masa, y sabemos que la masa es en general, una horda ignorante que obedece a las tendencias. Ahora con mis trillizas, entiendo qué es eso de que a uno lo paren en la calle personas desconocidas a preguntarle un montón de cosas, pero esa es otra historia, de otro blog.

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