Para proteger la privacidad y dignidad de algunas personas, sus nombres reales han sido cambiados
Los Hétores, eran (o son) un evento inventado en la Facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana, en el que los estudiantes realizaban videos parodiando películas, series o comerciales.
Tal vez fue en 1995... Fabio Moncada y Julio Samuel Santacoloma, querían participar con un video y nos invitaron a Juan Diego (mi hermano) y yo. Fabio es un personaje que aunque tiene un gran sentido del humor, es de absoluta seriedad, más parco que una estatua, a quien vimos reir tal vez: dos veces, y Julio Samuel, un tipo que siempre se ríe de la vida, a quien la música le recorre las venas y quien siempre tiene un chiste oportuno en el momento preciso.
Superbacana de Seguros, era el tema, y requería hacer unas tomas en el Zoológico Santa Fe de Medellín.
Entre otras cosas, teníamos que grabar a un tigre en su jaula, y una jaula sin su tigre.
La única jaula abierta, desocupada por cualquier especie, estaba en un área cuadrada y en el centro de esta área estaba la jaula de los coatís, o cusumbos, como se les dice en Colombia.
Como el dueño de la cámara es el que la usa, y el dueño era Fabio, pues se puso en posición de cuclillas, apoyado en la jaula de los cusumbos para tener mayor estabilidad y a grabar!
Cuando Julio Samuel hacía su escena, haciéndole muecas a una jaula vacía, y Fabio grababa, un coatí se acercó sigilosamente y husmeó a Fabio. El compañero estaba tan concentrado que no notó nada.
Quizá era su loción, el tufo de papa rellena con Pony Malta, o algún aceite que se echaba en el pelo para su salud capilar, lo que instigó al cusumbo a tratar de reproducirse con la cabeza de Fabio. Fue Julio el que notó que a través de la malla, un pipí increíblemente largo para la talla del cusumbo, rosado y puntudo, amenazaba con penetrar la oreja del camarógrafo.
Se levanta Fabio enojado con la mano empuñada y gritándome: "Pero qué fue esto don José David?", "Que te culiaba la oreja el cusumbo!", le respondió Julio en la distancia, y Fabio miró cuando todavía el animalito ondeaba su pelvis con la estaca de carne afuera.
Fue la tercera vez que Fabio rió.
Y Juan Diego? En una esquina disfrazado de leopardo cargando la mascara de no-sé-cuántos-kilos, sudando a litros y observando este momento que ha quedado inmortal en este texto.
Y así fue que bautizamos a nuestro grupo de realización: Cusumbo Producciones, que duró menos que el coito del pobre coatí, pero esa es otra historia.
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